El aumento de los viñedos ecológicos en España se produjo a partir de 1989, año en el que se aprobó el Reglamento de la Denominación de Agricultura Ecológica. Así, se dejaba atrás una forma concreta de cultivar las cepas y hacer el vino donde lo habitual era el uso de plaguicidas de origen químico para evitar la acción de los insectos o bacterias que pudieran afectar a la uva. Igualmente, los fertilizantes eran artificiales y el entorno natural del viñedo (tanto la flora como la fauna) no eran objeto de protección. Los vinos se clarificaban con compuestos químicos y se añadían sulfitos a la producción para obtener un producto con un sabor más reconocible.

Viñedos Balmoral apostó desde su origen por la agricultura ecológica y la ecorresponsabilidad, por el respeto al medio ambiente y al entorno de elaboración del vino poniendo en marcha una serie de prácticas sostenibles durante todo el proceso de producción, que van desde su cultivo hasta su elaboración final.

Características propias de los viñedos ecológicos

Existen una serie de características intrínsecas de la viticultura ecológica, actualmente reguladas por el Reglamento 834/2007 del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos. La principal de todas ellas es la prohibición del uso de plaguicidas y fertilizantes cuyo origen sea químico, promoviendo el uso de fertilizantes orgánicos y productos fitosanitarios que sean compatibles con los objetivos y principios de la producción ecológica, el respeto a los ciclos naturales y preservando la salud del suelo.

También, el fomento de la bioversidad en el viñedo y su entorno o el control natural respecto de la aparición de plagas y enfermedades en los viñedos, con el uso de, por ejemplo, el azufre por su carácter sostenible para la protección y crecimiento óptimo del viñedo. Además del empleo de enemigos naturales de las plagas (como pudieran ser insectos, bacterias u hongos) que se encarguen de regular la salud de los viñedos.

El objetivo y finalidad no es otro que el de hacer un uso responsable de los recursos naturales, alcanzar un alto grado de biodiversidad y asegurar un sistema viable de gestión de la vid.

Los viñedos ecológicos de Viñedos Balmoral

En Viñedos Balmoral nuestro compromiso con el medioambiente es total. En las 115 hectáreas, situadas a 1000 metros de altitud, nuestros viñedos cumplen todos los principios de la viticultura sostenible. Los abonos utilizados son verdes, teniendo también su protagonismo el compost orgánico y los residuos de otras cosechas.

Entendemos que la mejor manera de proteger cada cepa es potenciar su nutrición y favorecer que los organismos propios, y otros insectos, se encarguen de controlar las plagas de forma natural. De aparecer una plaga, se utilizan trampas físicas y se usa azufre, material permitido, para su eliminación.

La flora que rodea a los viñedos es de vital importancia para favorecer la diversidad. Así como la polinización y la mejora de las condiciones climáticas más idóneas para el correcto crecimiento de cada cepa. La revisión de cada planta es exhaustiva con el único objetivo de lograr el mejor resultado posible.

Pero también en la producción, en la cosecha y en la elaboración del vino se usan métodos que preservan las propiedades y características de la uva. Se evita el uso excesivo de sulfitos prefiriendo que sea el sulfuroso que se produce en la fermentación.

Reforestación de 300 hectáreas

En El Moralejo, así se denomina nuestra finca, se ha conseguido la reforestación de 300 hectáreas. Semejante opción es muy aconsejable para frenar los perjudiciales efectos del cambio climático. Los árboles absorben el dióxido de carbono y frenan el calentamiento global.

La construcción de dos embalses sirvió para almacenar el agua de lluvia y del subsuelo. Su uso para el riego favorece su total aprovechamiento. También se prefiere el riego por goteo para mantener la humedad de la tierra de forma constante, pero sin despilfarrar agua.

Una planta de tratamiento de aguas facilita el reciclaje del líquido elemento y su uso para el riego. Igualmente, los residuos generados por la actividad se tratan correctamente para conseguir convertirlos en abonos o fertilizantes.

El resultado; ecorresponsabilidad y vinos ecológicos

Todo lo anterior incide, directamente, en la creación de las tres líneas principales de productos: el espumoso, el vino blanco y el vino tinto. La primera opción tiene una base, de entre el 3 y el 5 %, de vino envejecido en barrica que se ensambla con uva chardonnay y pinot noir, definiendo en su final la terminación Brut o extra Brut, . Los vinos tienen una crianza de entre dos meses (en sus lías) y medio año. A destacar los cavas rosados, todo un descubrimiento que mezcla la tempranillo, la syrah y la pinot noir.

En todos ellos sorprende un sabor más afrutado, una acidez natural y un retrogusto muy equilibrado. Es decir, la apuesta por la ecorresponsabilidad es siempre positiva para conseguir que cada vino gane en matices y en intensidad. Si, además, se conserva mejor el medio ambiente y se convierte cada viñedo en un ecosistema respetuoso con su entorno, el resultado no puede ser más positivo.

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